Votaciones 2023: Cuando el país pierde la esperanza

Elecciones presidenciales 2023, Ecuador

El 91% de los Ecuatorianos está insatisfecho con el actual sistema democrático, acorde al "Latinobarómetro" (https://www.latinobarometro.org/lat.jsp). La desconfianza en el sistema político del país, y en especial en los protagonistas de la política nacional, es evidente. Cada vez que hablo con alguien sobre sus preferencias en las elecciones, la respuesta invariablemente ha sido: "ni juntando a todos los candidatos sacamos uno decente". El Ecuatoriano ha perdido casi completamente su confianza en los personajes políticos y el ejercer la política se ha convertido casi en un sinónimo de corrupción. 

Cuando vemos a los candidatos a la presidencia nos vemos obligados a elegir entre bailarines alternativos, guerrilleros a sueldo, el hijo de un millonario bananero, los herederos del correismo, el ex vicepresidente de un gobierno que todos quisiéramos olvidar, un ex dirigente del CONGOPE investigado por corrupción (irregularidades del manejo de millones de dólares en sueldos de personal con contratos dudosos, consultorías, adquisiciones y contratos injustificados, transferencias ilegítimas, adquisición de inmuebles no previstos y manejo de donaciones sin registros), un candidato con un título universitario proveniente de una universidad tan dudosa que fue clausurada y así ... una larga lista de 8 personajes oscuros. 

¿Qué podemos esperar de estas personas?

Nuestro país está tomado por las mafias del narcotráfico y es evidente que tenemos encima a las pandillas delictivas que las operan. Es difícil saber que candidatos estarían siendo manipulados por estas mafias (todos los candidatos podrían calificar como actores en cualquier telenovela, así que es difícil distinguir su rostro real). Quién entre a gobernar sabe que tendrá apenas poco más de un año para lograr algo. La mayoría de los candidatos seguro utilizará ese período para hacerse propaganda y desprestigiar a sus oponentes; no usarán su tiempo para lograr nada más. Será una especie de campaña política extendida.

Otros, seguro que se apurarán haciendo dinero para poder salir corriendo del país y hacer su vida en algún otro lugar del mundo (para eso, seguro habrán elaborado ya su red de corrupción e ingresos, junto con algunos candidatos a la asamblea nacional o potenciales ministros). En pocas palabras, no tenemos esperanza de que algo cambie en este próximo gobierno (ni en los gobiernos que de seguro le seguirán). La corrupción a nivel gubernamental ha crecido como un cáncer y si analizamos la situación, siguen gobernándonos los mismos de siempre. Son los mismos grupos políticos y con pocas variaciones, los mismos personajes (o sus equivalentes).

¿Por qué se pelean por llegar al poder, a sabiendas de que hay tanta corrupción y ahora con el agravante de la violencia del narcotráfico?

Porque seguramente se beneficiarán de ello (ambas podredumbres producen millones de dólares). En resumen, la enfermedad es grave y seguro va a requerir de soluciones mucho más drásticas. Las elecciones no resuelven nada. No importa quién suba al poder, se verá seguramente envuelto en tramas de corrupción, presionado por el narcotráfico y más que seguro, tendrá que enfrentar más de una manifestación del descontento popular. Y lo mismo pasará con el presidente que siga, puesto que la situación no tiene visos de mejorar.

Lo cierto es que por más espectáculo que armen los candidatos y se vistan de salvadores de la patria, ya no les creemos.  Se ha convertido en un concurso de ¿quién baila mejor? o peor aún, en un concurso de tragicomedia y falsos ofrecimientos para convencer a la gente.  Muchos ecuatorianos nos sentimos sin esperanza en el futuro, sin poder ver mejores días y con el temor de que la violencia que hemos visto en ciudades como Esmeraldas, se extienda a todo el país.  Vemos como crece una fábrica de violencia cuyo propósito es vendernos seguridad.  Ellos crean la enfermedad para luego vendernos la medicina.

¿Qué hacer entonces?  

Mi voto en estas elecciones sin duda será en contra de todos los candidatos y en contra de este sistema corrupto y podrido que nos afecta a todos los ecuatorianos.  No puedo votar por el menos malo, como nos tocó hacer en las pasadas elecciones.  Mi consciencia no me da para ello.  Ya lo hicimos anteriormente y eso nos ha causado en un daño terrible.  No sé cuál es la solución práctica, pero primero debemos cambiar la forma como hacemos política, debemos extirpar los procesos que permiten la corrupción y tenemos sin dudas que eliminar aquellas condiciones que han permitido que la violencia crezca en Ecuador.  El Planeta está evolucionando a una velocidad muy grande y ahora enfrentamos problemas globales muy graves.  Si Ecuador no se fortalece ante esos peligros, sufrirá un empobrecimiento acelerado y terminará convirtiéndose en una tierra violenta, corrupta y pobre, donde los grupos que lo llevaron a esa situación mantengan al pueblo bajo la suela de sus botas.

No podemos esperar un resultado diferente, si siempre hacemos lo mismo.  Los ciudadanos debemos comenzar a pensar en soluciones independientes de quienes nos gobiernan.  No podemos confiar en ellos y su propaganda.  Por mi parte, me opongo a todos ellos y rechazo a este sistema podrido que nos está hundiendo.

Pepigramas

Las poblaciones de insectos se están reduciendo a un ritmo diferente en el espacio y el tiempo, pero de media, se cree que el descenso en su abundancia es de alrededor de un 1-2 % al año, o un 10-20 % por década.