Habían pasado 60 días sin llover y los pocos chubascos que cayeron dieron un respiro a las plantas que ya estaban secas. Bastaron un par de lluvias un poco sostenidas para que el agua penetrara en el suelo y el sol de la mañana produjera un ligero vapor sobre el suelo. Esta fue la señal para que un grupo de pupas de escarabajos que estaban desde ya un par de años terminen su desarrollo y salgan en gran cantidad a volar sobre el césped, a la orilla del río y en otros lugares. Pero el júbilo de los escarabajos resultó ser el terror de varios ciudadanos que perplejos veían como una maldición lo que en realidad era un evento natural digno de ser admirado.
Es que nos hemos separado tanto de la naturaleza que cualquier manifestación como esta nos parece un castigo divino. Pero en realidad, se puso en escena algo que pocas veces se puede ver "en vivo y en directo". Era como una escena de un documental de Sir David Attenborough presentado en la BBC. Los pequeñísimos escarabajos (entre 10 y 16 cm de largo por unos 7 a 10 cm de ancho), volaban frenéticamente en la que sería su oportunidad de encontrar una pareja y perpetuar su especie. Una danza en el aire reunió a machos y hembras del género Callistethus en una danza frenética de cortejos. Tan frenética que no pudieron ver que entre ellos se encontraban las infaltables Avispas Cazadoras de Escarabajos.
Cegados por el frenesí de la reproducción, varios escarabajos cayeron tras el ataque las avispas cazadoras de escarabajos. Los pocos que lograron sobrevivir consiguieron una pareja o varias; y ahora las hembras iniciaron un ritual en el cual se entierran y colocan sus huevecillos bajo tierra. No sabemos cuántos años pasarán hasta que vuelvan a ser pupas y se den las condiciones climatológicas para que eclosionen y comience de nuevo el ciclo de la vida de estos hermosos escarabajos.
Amanece y unos pocos escarabajos, machos todos, aún caminan, cansados, sobre el césped. Unos cuantos se han estrellado contra los parabrisas de los autos y otros cuantos, atraídos por las luces de la ciudad, han espantado a los ciudadanos de Cuenca. Desafortunadamente, este también es el último día de su vida. La gran mayoría de los sobrevivientes serán comidos por pájaros y otros animales insectívoros o las arañas. Los pájaros saben que bajo la tierra pronto habrá larvas y seguro en unos días, veremos a muchas palomas, tórtolas, mirlos y otras aves, juntarse para escarbar en el césped a la madrugada y obtener las jugosas larvas. Otras serán comidas por las hormigas. Pero seguramente habrá una buena cantidad que sobrevivirá para brindarnos nuevamente una "temporada de escarabajos".
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